Inocente quien se dejó engañar

Antes debo aclarar que nunca he confiado enteramente en ninguno de ellos. Sin embargo ahí están siempre, al alcance de mi mano para resolver cualquier duda. Uno es el “Gran Diccionario Enciclopédico Visual” y el otro el “Larousse, Diccionario Enciclopédico en color 1999” (tan pretenciosos nombres debieran ser razones suficientes para desconfiar de ambos). Ayer, a propósito del “Día de los inocentes”, la biografía de Herodes generó una controversia.

El evangelio atribuido a Mateo señala que fue Herodes El Grande quien ordenó matar a todos los niños menores de dos años (tiempo que había transcurrido desde que los magos habían observado la estrella de Oriente) para evitar el advenimiento del mesías tan esperado.

Herodes I nació en Ascalón, en el 73 antes de Cristo y murió en Jericó, en el año 4 antes de la era cristiana, menciona el Larousse, además “impuso su poder, otorgado por los romanos, con una energía brutal”. Por su parte el Visual ubica su nacimiento en el 62 antes de Jesucristo y su muerte en el año 4 de nuestra era.

Si atendemos a los relatos bíblicos, los cuales aseguran que Jesús nació en los tiempos de Herodes, entonces tendríamos que desechar la información del afamado diccionario Larousse, puesto que el Cristo tendría que haber nacido al menos dos años antes de la muerte de Herodes.

Hasta ahí pudimos haber dejado la controversia, pero entró uno más al debate. Afirma Bruno Cardeñoso, en su artículo Las grandes incógnitas de la Navidad, que “Herodes El Grande acabó con Antígono por la fuerza en el año 37 a. de C. Desde entonces se convirtió en el gobernador de Judea, cargo que desempeñó hasta su muerte en el año 4 a. de C.”

Ignoro de dónde tomó Cardeñoso esa información ni tengo interés alguno en seguir averiguando si Herodes murió cuatro años antes o después de iniciar la era cristiana. Tampoco me interesa saber si Cristo nació antes de Cristo. Si quienes establecieron la era cristiana se equivocaron al calcular los años hasta el nacimiento de Jesús (cinco o seis años antes de lo que suponíamos) o si la designación del 28 de diciembre para conmemorar la matanza de los inocentes fue (al igual que la adopción del 25 como la fecha de la Natividad) una decisión arbitraria, son asuntos que me tienen sin cuidado. Digo que no me preocuparé más por los origenes ni por los significados de las fiestas. Si toda mi vida he celebrado la navidad sin creer en ella, el próximo 28 de diciembre no haré más que preparar engaños para celebrar esa fecha COMO DIOS MANDA.

Entradas populares