¡Llegó!




En esta ciudad, capital política de Tamaulipas, inerme ombligo del estado cuya única función es la de guarecer costras añejas, muchas noticias, modas y productos nos llegan con desesperante retraso.
Tierra Adentro (además de las publicaciones de América Ibérica) es una de las revistas que más tardan en llegar. Habría que aclarar que en esta ciudad ese tipo de documentos no se expende en puestos de periódicos ni en simples revisteras. En los establecimientos de la Central de Autobuses -acaso también en los supermercados- podemos encontrar Letras Libres y Nexos, que son, junto a T.A., las únicas publicaciones dedicadas eminentemente a temas literarios que se pueden conseguir acá. El resto son las revistas de deportes, de política, periodismo de espectáculos, las etiquetadas “para caballero” e infinidad de publicaciones -etiquetadas también- para las amas de casa. Del aeropuerto mejor no hablemos porque allí simplemente no hay establecimientos. Quienes gustamos de T.A. tenemos entonces que “cazarla” en las dos librerías (una de ellas de Educal) y en el único estanquillo que se atreve a vender dos ejemplares cada dos meses. Se preguntarán por qué, si adquirir la revista en forma regular supone tantos problemas, no compramos una suscripción anual; la verdad es que no tengo la respuesta, tal vez sea la emoción de “corretear” cada próximo número y exhibirlo después como se exhiben los trofeos de caza.
Digo pues que el número doble de Tierra Adentro, correspondiente a diciembre 2005-marzo 2006, llegó hoy dos de enero a Ciudad Victoria. Se trata de un mosaico perfecto donde se expone el desarrollo de la radiodifusión en México durante los últimos ochenta años, dirigido con maestría por nuestro narrador consentido -quien también produjo emisiones radiofónicas en el pasado- Eraclio Zepeda. Escritores, investigadores, poetas, periodistas, radioaficionados, técnicos y entrevistadores se reúnen aquí para regalarnos sus anécdotas y su experiencia. En sus páginas encontrarán las voces de Álvaro Mutis, Jaime Augusto Shelley, Daniel García Blanco, Eduardo Casar, Armando Alanís Pulido y Jacobo Zabludowsky, entre otros.
Pero algo que no deben dejar de leer es el texto de Magali Velasco, exquisita narradora veracruzana avecindada en Ciudad Juárez, quien observa la cotidianidad fronteriza con ese ojo siempre nuevo, una mirada que multiplica en nosotros su misma, perturbadora sorpresa.
Por si aún no lo saben, Magali ganó en 2004, con su libro Vientos Machos (Universidad de Guadalajara, 2004) del cual les hablaré después, el Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola. El maestro Zepeda formó parte del jurado, así que juzguen ustedes si nuestra amiga está o no calificada.




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