Lo inasible

"Seguimos camino sólo porque no podíamos quedarnos parados ahí, contemplándolo para siempre, que es lo que él y yo queríamos. Mi padre suspiró. Tan cerca de nosotros que había pasado. Y nosotros sin conocerlo, sin poder saludarlo, sin conocer siquiera a alguien que conociera a alguien que lo conociera, para que por lo menos mencionara nuestro nombre en su presencia. No sólo porque eso bastaría para hacerme una carrera si don Jerónimo se dignaba colocarme como una ruedita en uno de los muchos engranajes que manejaba, ahora que por fin había regresado de Europa, y, según decían, estaba a punto de casarse. No fue sólo por eso que suspiró mi padre esa mañana, don Jerónimo. También suspiró por lo otro, por la nostalgia incurable de su mirada dolorida que comenzaba a dolerme incurablemente a mí. Mi padre suspiró por el dolor de lo inasible, de una idea fantástica, abstracta, por la pena que causa lo inalcanzable, por la humillación que produce saberse incapaz de alcanzarlo, por esa pena suspiró mi padre esa mañana, don Jerónimo, por esa nostalgia".


El obsceno pájaro de la noche
José Donoso, 1979.
Editorial Argos Vergara, S.A.
Barcelona, España. 476 p.

Comentarios

Entradas populares