Influenza de la soledad

Estoy a medio camino entre la aburrición y el encabronamiento. A solas en una escuela inactiva. (No quise ser redundante). Revolviendo papeles y regando las plantitas, viendo cómo voy a desquitarme cuando esta contingencia pase (si es que pasa). Me carcome la envidia, tengo que admitirlo. ¿Por qué nadie me dijo que junto con mi nombramiento venía la única vacuna contra esa chingadera?

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