Escolta

Ésta me parece la canción más cagada de la historia; Adrián, Pancho y yo solíamos cantarla en Cruillas nomás por provocar a los municipales. El guarura de levita es la parodia que hicieran José de la Vega y Guillermo Velázquez del célebre (y manoseado) son huasteco Soy soldado de levita (La leva), de Héctor González según algunas editoras. Esta versión en shotis se hizo famosa en las voces de Óscar Chávez y Los Morales. La encontré por vez primera en Parodias políticas (1988), un álbum doble (¿o triple?) que respondía al fraude electoral de ese año, y luego actualizada en Parodias neoliberales (1996), otro álbum doble que de algún modo resumía el sexenio de Carlos Salinas y nos ponía al día en lo referente al mandato presidencial de Ernesto Zedillo, con alusiones al Chupacabras, Colosio, Posadas, Madrazo y Figueroa, además de intercalar versiones de Las Golondrinas dedicadas a los gobernadores, a los diputados, al regente y al mero preciso. El año pasado, en el programa de Ricardo Rocha, estos trovadores nos regalaron una nueva versión en la que arremetían contra el PAN en vez del PRI. La del sexenio zedillista me sigue pareciendo la mejor, y es la que cuelgo a continuación.


(En ritmo de son huasteco)

Soy guarura de levita, de ésos de Secretaría,
de ésos de Secretaría, soy guarura de levita.

Soy guarura de levita, de ésos de Secretaría,
de ésos de Secretaría, soy guarura de levita.


(En shotis)

Soy guarura de levita, de ésos de Secretaría,
de los que huelen la cola de su jefe todo el día.
Qué sabroso ser guarura, pero de alto funcionario,
de huevones todo el día y nos pagan buen salario.

Esto tiene sus ventajas, no se crean que todo es feo
pues contratando guaruras se combate el desempleo.
Soy guarura de levita, la espalda le cuido al viejo,
pero si hay bronca yo corro, no me quedo de pendejo.

De júnior y la señora no recibo muy buen trato,
nomás de que se les hinchan me traen de su pinche gato.
A mí, experto en subversiones y hombre de tantos tanates,
me cargan con la canasta de chiles y jitomates.

Somos tantos los guaruras contratados por ahí
que ya nos organizamos como otro sector del PRI
y a veces la hueva es tanta y tan chido hacerse pato
que nos están dando ganas de formar un sindicato.

Pero aguanta ser guarura: si el patrón no anda con prisa,
lo esperamos en el coche soportando Televisa
con pirujas y amigochas, me la pachangueo bien padre
y apañando ciudadanos de veras no tengo madre.

No hay una hembra que resista mi porte internacional
soy guarura de levita, no méndigo judicial.
Discreto por profesión, persona que disimula,
no puedo andar de hocicón porque me echan al río Tula.

Voy donde el jefe me llama, detrás como perro fiel,
sólo al baño y a la cama no me meto yo con él;
cuidando a mi liderazo y yendo a donde me manda,
yo sé bien qué transas hace y con cuántas viejas anda.

¿Yo para qué me preocupo?, sin saber ni el silabario,
vendo por ahí mis memorias y me vuelvo millonario.
Soy guarura de a deveras, soy coleto de los blancos,
si me corren de esta chamba me meto de asaltabancos.

¿Yo para qué me preocupo?, soy muy buen especialista,
para mí no hay estudiante que no sea un zapatista.
Tuvimos que dar la cara en el caso de Posadas,
fueron muchas las mentadas gracias a Guadalajara.

Mas la culpa no fue nuestra, lo sabe todo el país:
no es lo mismo usar Volkswagen que traer un Grand Marquise.
Mi papá fue granadero, mi mamá ya es policía,
me expulsaron de la DEA, pero me dejó la CIA.

A veces se siente gacho andar en este negocio,
no nos cuajó con Camacho ni tampoco con Colosio;
pero te queda un consuelo si te portas bien sencillo:
aunque hable mal la prensa, ya nos tocó con Zedillo.

Lo que a veces es penoso y se piensa mal de ti
es que te vistan de muchacha y parezcas trasvesti,
pero nos queda un consuelo cuando sales en las fotos,
que nos vemos más bonitos que cualquiera de los jotos.

Ya no le tenemos miedo ni al SIDA ni a la hemofilia
pues todo lo justifica el bienestar de la familia.
Una cosa sí nos gusta y es pertenecer al PRI,
como buenos chinchulines siempre votamos que sí.

Ya con ésta me despido, recordando aquel refrán:
"Más me vale bien vendido manejando un Suburban".
Vuela, vuela, palomita, párate en aquel panteón,
ligaremos más sexenios si nos dan su bendición.




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