Brevísimas del espectáculo







1. El Principito argumenta que era imposible destinar para prestaciones y privilegios de 44 mil trabajadores electricistas la misma cantidad de recursos que reciben 25 millones de pobres en el país. Luego se pone melodramático y dice:

a) "Yo prefiero que lo reciban los pobres". ¡A huevo! Tiene razón. ¿Y cuántos pobres podrían alimentarse o estudiar con lo que percibe un trabajador de la educación, digamos como la vitalicia Elba Esther?

2. Y para que no estén jodiendo con el tema del IMSS, el Presidente del empleo elogia la labor de su líder sindical, Valdemar Gutiérrez (diputado del PAN), diciendo:

b) "Muchísimas gracias al sindicato del IMSS... por anteponer los intereses de la institución por encima de los intereses, incluso legítimos, de la organización sindical". Aplausos grabados, risas espontáneas.


3. Nadie podría dudar de su espíritu democrático y conciliador. Para muestra, un botón: el Principito reúne a legisladores, gobernadores y dirigentes del PRI para explicar, a detalle, los motivos que lo obligaron a disolver LFC:

c) "Había vicios en el contrato colectivo del SME como la obligación de llamar a un especialista para cambiar una llanta a una unidad cuando ésta se pinchara". Esto es inmoral, caballeros. ¿Por qué no hacen lo que nosotros, lo que todos?, ¿por qué no hacen, en fin, lo que el mero preciso, que cambia las llantas con sus limpias manos?

4. A veces, también el SeGob se pone simpático y dice:


d) "Contra los radicales, toda la fuerza del estado". Y en esto fue tajante, es decir radical, según mi pequeño Larousse.
Fuente: El Universal, El Economista y el noticiario de López Dóriga.
Foto: eleconomista.com.mx

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