Policía viola violar



Entre hierros y yerros hay más de una diferencia, así que no podríamos usar estas palabras de manera indistinta. Por las mismas razones, tampoco se debe escribir mando cuando uno quiera decir mandó, pues no es lo mismo decir, por ejemplo respecto a un beso, "te lo mando" que "te lo mandó", como tampoco es lo mismo decir "la mama" que "la mamá".
Soy el primero en defender la normatividad. En mi opinión, leyes, normas y reglamentos se hicieron para cumplirlos. De vez en vez, por supuesto, unas y otros deben ser objeto de revisión y actualización, pero en tanto eso sucede todos deberíamos acatarlas. Todos.
Sin embargo las reglas ortográficas, como las otras, son a diario ignoradas, cuando no desafiadas por particulares tanto como por las representaciones del Estado. Pareciera que de un tiempo acá las normas ortográficas y gramaticales carecieran en absoluto de valor para los publicistas o responsables de medios, de tal suerte que da lo mismo escribir en la pantalla grande o chica palabras tales como motosiclismo, vicentenario o influenzia entre tanto alguien consigue hacer realidad su sueño contando un chiste interminable.
Los errores que uno encuentra en los anuncios publicitarios, en las señalizaciones de edificios públicos y privados, así como en las vialidades son demasiados y de diversa índole, pero caray, podríamos empezar por corregir la acentuación ortográfica. Acentos perdidos lo intentó (claro, con un toque de humor, de mala leche o lo que ustedes quieran, pero, ¿no merece la admonición pública esa igualmente pública exhibición de ignorancia o negligencia?).
Como sea, el Tildetón del 3 de octubre fue frenado por los guardianes del orden cuando los cruzados de Acentos perdidos violaron el artículo 26 de la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal, que en sus fracciones XII y XIII considera como infracciones contra el entorno urbano de la Ciudad de México acciones tales como cubrir, borrar, pintar, alterar o desprender los letreros, señales, números o letras que identifiquen vías, inmuebles y lugares públicos, y así también pintar, adherir, colgar o fijar anuncios o cualquier tipo de propaganda en elementos del equipamiento urbano, del mobiliario urbano, de ornato o árboles, sin autorización para ello.
De esto me enteré anoche, viendo el noticiero de Televisa. Me alegré de que en la Ciudad de México haya una ley de ese tipo y policías dispuestos a arriesgar la vida frente a toda clase de terroristas y de vándalos (¿o debo escribir bandalos, por aquello de las bandas?). No desestimemos la capacidad de los cuerpos policiales (la palabra policiaco puede escribirse con tilde o sin ella, aunque, referida a la policía, la RAE recomienda decir policial) sólo porque esta vez Brenda Herrera, la detenida, estaba colocando a plena luz del día la obligatoria tilde a la palabra república (por esto fue tildada de grafitera), ya hemos visto a la policía capitalina responder con la misma eficacia frente al narcomenudeo, el secuestro, el robo y demás nimiedades.
En la pantalla de mi tevé se leía (casi) íntegro el texto de la fracción XIII del artículo 26. Donde debía decir mobiliario decía moviliario. Palabras que, sólo para algunos, no son la misma cosa.

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