Lo que faltaba...

"Amanecí de malas, hoy no es mi día;
de nada tengo ganas, todo me hastía.
Hoy, otra vez de mala suerte.
Ya tengo un mes..."

Una rola de los Tigres del Norte

No quería comunicarlo, pero lo tengo que hacer (otra canción, ahora de Bertín y Lalo), apenas estaba yo reponiéndome de la corajina que me provocó lo de la computadora cuando ocurrió lo que ya empezaba a presentir: mi coche se descompuso. Así nomás: tosió, se desinfló sobre el asfalto, encendió dos foquitos del tablero y se quedó muerto bajo el chipichipi de la carretera nacional. Ahora sí, como dice la tonadilla de Los Tigres, sólo falta que un perro se acerque y (en el mejor de los casos) me ladre.

Menos mal que ahora ando en un plan casi optimista (digo, ¿qué más podría pasar?). Quizá mi estado se deba a que, a pesar de haberme quedado sin los documentos de la laptop, incluida la "garantía extendida por tres años" (uno quiere ser precavido, pero...), no fue necesario llevarla al servicio, pues ya funcionan todas las teclas menos "flecha abajo". En ese tono de resignación, me basta recordar que mañana será el Día Internacional Sin Coche. Al menos esta calamidad fue bastante oportuna, ¿no creen?


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