Crisantemos amarillos



No supe cuándo programaron acá La maldición de la flor dorada (Man cheng jin dai huang jin jia), el más reciente filme de Zhang Yimou. Me enteré hoy por el periódico y tenía que aprovechar pues mañana ya no estará. Ese tipo de películas se exhiben muy poco por estos lugares. A decir verdad, nadie tendría por qué exhibirlas en salas desiertas; esta noche, por ejemplo, había menos de cinco espectadores en la sala aquélla.

Volviendo al tema que nos ocupa, dicen que ha sido ésta la película más costosa en la historia del cine made in China (algo así como 45 mdd, y sólo como referencia valdría recordar que Spiderman 3 costó más de doscientos millones de verdes). Eso se nota de cabo a rabo: el palacio imperial, sus pasillos y vitrales; el vestuario, la joyería y las armas; todo bellamente ornamentado, puesto al servicio de una fotografía impresionante. A propósito de esto, si pudiera calificar esa película en dos palabras, diría: colorida y fastuosa. Cada escena quiere mostrarnos el oropel que disimula el desmoronamiento -en todos los sentidos- de aquella dinastía.

Igualmente abrumadora resulta la multitud de extras (quiso tal vez Zhang Yimou incluir a toda la población china en una misma pantalla, ¿cuánto cobrará un extra en Hong Kong?), desde sirvientes, cocineros, artesanos, guardias imperiales y ninjas o guaruras voladores. Casi al final, una gesta cuerpo a cuerpo (coreografías y efectos digitales en proporción 1:1) no envidian nada a las secuencias similares de El Señor de los Anillos ni mucho menos a las de Los 300. No diré más, quienes de esto entienden ya han hablado bastante de la trama y de la calidad actoral; sólo agregaré que, a veces, da tanto gusto abandonar la sala luego de aprovechar esos benditos miércoles de dos por indio.

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